La resistencia de Laurent Gbagbo a abandonar un poder que las urnas le quitaron pone a Costa de Marfil ante una virtual guerra civil cuyas consecuencias irán mas allá de su inevitable retirada. Su salida y la asunción de la presidencia por parte del ganador de los comicios del 28 de noviembre del 2010 , Alassane Ouattara, no significará que la normalidad retorne al país.
La actual crisis es fruto de una historia que se ha repetido en varios países africanos en los que la independencia dio paso a unos longevos autócratas paternalistas apoyados por las antiguas metrópolis. Su salida de la escena destapó las tensiones étnicas y religiosas alentadas en muchas ocasiones desde fuera. En Costa de Marfil, la desaparición de Félix Houphouët-Boigny en los 90 abrió el camino a un enfrentamiento cainita entre el norte, musulmán, y el sur, cristiano, que ahora representan respectivamente Ouattara y Gbagbo. El país está dividido de facto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario